jueves, 21 de febrero de 2008

LITIGIO SOBRE EL ARTE SACRO DIOCESANO

INFORME SEMANAL SOBRE ARTE SACRO (16-2-08)

Un litigio que mantienen desde hace más de diez años las diócesis de Barbastro-Monzón y la de Lleida por la propiedad de 113 obras de arte, ha derivado en un enfrentamiento que ha traspasado las barreras de la Iglesia y ya es polémica política y social, que despierta las emociones de gran parte de la población de Aragón y Cataluña. Con un espectacular paisaje pirenaico como telón de fondo, plagado de las ermitas románicas más bellas del mundo, a diferencia de la ficción, esta historia de ambiciones, de intrigas políticas y vaticanas y largas batallas judiciales no tiene todavía un final feliz.
Estamos en la catedral de Barbastro Monzón, uno de los epicentros de un largo y tortuoso litigio que se origina el 15 de junio de 1995 cuando la Santa Sede decreta la modificación de los limites de la diócesis catalana de Lleida y manda anexionar 111 parroquias con todas sus almas y bienes terrenales a la vecina aragonesa de Barbastro-Monzón.
Desde entonces monseñor Alfonso Milián se ha convertido en el tercer obispo en lucha por la vuelta a casa de de 113 magníficas-valiosas obras de arte de diversas épocas, pero principalmente del románico y gótico, que por ahora continúan en la ciudad de Lleida.
Milián: “Se ha comentado que eclesialmente no se obraba debidamente o que no se obedecía a Roma. Es verdad que la diócesis de Lleida podía hacer los recursos que ha hecho, también es verdad que en un momento dado se le dio 30 días para que entregara las obras. Y eso está firme todavía, y a mí se me comunicó que las recibiera, que las guardara en sitio seguro y que no las enajenara. Y eso está sin cumplir”.
El obispo de Tortosa es también el tercer mitrado por la parte de Lleida que hereda este litigio envenenado. El Vaticano le ha nombrado administrador apostólico de la diócesis y todas las mañanas pide en sus rezos una inspiración para el gran problema. Reconoce que todas las resoluciones vaticanas han sido favorables a la tesis de Barbastro-Monzón y que su obligación es devolver las obras de arte en cuestión, pero sabe también que se trata de una difícil solución: Xavier Salinas: “Yo también observo que por parte de Barbastro hay una exigencia, digamos, de totalidad, diciendo no, esto es nuestro, traedlo aquí y luego ya hablaremos. Pero claro, este paso que por una parte también es legitimo, yo no puedo decir que no lo sea, sin embargo a la hora de llegar a un acuerdo se complican todas las cosas. Y por eso yo a veces he dicho que esto es una batalla en la que habrán heridos, en el sentido figurado, de que a todos nos duele, a ellos les duelen unas cosas y a nosotros otras”.
Este cuadro preside una sala del palacio episcopal catalán. Se trata de un retrato del obispo Josep Messeguer que durante 15 años fue obispo de que ha sido gran diócesis de Lleida. Por mandato vaticano consiguió crear una gran colección de arte sacro, reuniéndolas muchas de ellas de parroquias de la franja oriental de Aragón, de la actual provincia de Huesca, de donde llegaron las obras que hoy están en litigio. Para los de un lado se trata de un héroe, para los otros un villano que actuó de mala fe por este territorio.
En esta catedral ribagorzana, la de Roda de Isábena, que hace mucho tiempo que dejó de ser sede episcopal, los documentos oficiales señalan que son más de veinte las piezas que faltan. Alberto Lamora, alcalde de Roda: “Se acuerda un señor que aún vive que la ultima vez que vinieron a Roda del obispado de Lleida marcharon con ocho mulas cargadas de objetos de la catedral”.
Consejero Joan Manuel Tresserras: “Estas piezas podemos compartirlas, pero a partir del pacto del acuerdo y del buen entendimiento. Pero en ningún caso se puede aceptar que haya una presión que ponga en riesgo el buen nombre del obispo Messeguer y de aquellos otros que luego continuaron con la construcción de la colección”.
Cada una de estas importantes obras ha sido estudiada una por una en el largo litigio eclesiástico y todas presentan historias siniestras de abandono del patrimonio. Este frontal de Sant Hilario de madera policromada, que realizaron anónimos artistas ribagorzanos entre los siglos XII y XIII, y esta pequeña arqueta de valor incalculable proceden de esta ermita de Buira, hoy en ruinas. Jorge Español, abogado: “estamos en la iglesia de Buira, muy pequeña, de los siglos XII-XIII”. Un pueblo que quedó abandonado, como su iglesia, en la que hoy los árboles y la maleza se han enseñoreado del altar y sus diminutas capillas y que hoy visita este abogado especialista en derecho internacional y político.
Español, a titulo personal, ha iniciado un recurso administrativo ante el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya para conseguir la devolución de las obras. “Aquí en concreto, por lo que sea, por el abandono de los tiempos, las piezas estaban muy deterioradas y se enviaron al museo diocesano de Lleida con la intención que siguieran guardando esa función religiosa que tenían, porque gracias a esa función las piezas se han conservado. Domingo Buesa, historiador: “Se entiende que estas piezas de alguna manera han representado durante muchas décadas lo que es el nacimiento de la historia de Catalunya e incluso anterior a la formación de la Corona de Aragón, porque en muchas ocasiones estamos hablando de antes del siglo XII y en consecuencia están vinculadas a lo que es la creación de Catalunya. Entonces aquí hay un problema segundo, porque claro, el nacionalismo catalán también se basa en muchas de estas piezas y ya no estamos hablando solamente de piezas con una dimensión religiosa sino que estamos hablando con piezas con una dimensión política e incluso con una carga sentimental importante”.
En uno de sus libros este historiador y actualmente presidente provincial del PP explica que la Virgen de Zaidin, una de las principales obras de arte en litigio, fue entregada a Lleida a cambio de 3.000 reales que costo la restauración del campanario de la iglesia. El recibo de compraventa es precisamente una de las muchas pruebas presentadas por el obispado de Lleida para alegar su propiedad. Y mientras tanto la Mare de Déu parece que espera contenta una decisión salomónica porque sabe que al menos sobrevivió a su pueblo hace más de 100 años. Un pueblo que como tantos otros sufrió el abandono y la rapiña de sus bienes. A esta tabla por ejemplo poco le faltó para acabar destruida o comprada por algún anticuario sin escrúpulos. Cuando viajó a Lleida servía de puerta para el coro. Hoy está restaurada a la perfección como todas las obras del museo catalán.
Montse Macià, directora del Museo de Lleida: “Yo creo que el museo de Lleida es uno de los museos mas documentados que existen en España y en Europa. Y de este tenemos precisamente una documentación muy interesante, que nos habla de que el párroco de Villanueva de Sijena envió una carta al obispo Messeguer, que es el fundador del museo diocesano, diciéndole que un anticuario había pasado por el pueblo y que le daba 500 pesetas por estas tres tablas. El obispo Messeguer, muy consciente y muy responsable con todo el patrimonio de las parroquias de su diócesis y siguiendo las indicaciones del Papa León XIII, le contestó la carta diciéndole que él también le da las 500 pesetas”.
Para enredar más si cabe el pleito jurídico la historia de este retablo no tiene precio. Su origen estaría en la propia catedral románica de Lleida, que Felipe V ordenó convertir en cuartel. Para salvarlo de la quema los canónigos lo enviaron a una parroquia de la franja de la que luego regresó por la gestión del obispo Messeguer. Hoy preside una de las salas de este museo de Lleida que abrió sus puertas el pasado 30 de noviembre y a cuya inauguración no acudió ninguna autoridad aragonesa. En sus salas se exponen actualmente una veintena de las obras en litigio y muestra al visitante la visión histórica de Lleida y sus amplias fronteras.
Tresserras: “Yo entiendo que lo mejor siendo posible es sin ninguna duda que nos podamos encontrar el gobierno aragonés, el gobierno catalán y los dos obispos, y a partir de ahí con los respectivos equipos tratar de qué modo hacemos un mejor servicio público con estas piezas tan valiosas”.
El Gobierno de Aragón siempre ha desestimado las vías judiciales porque la medida dilataría aún más el largo proceso. Pero su presidente Marcelino Iglesias sabe bien y asume que el brete entre obispos deviene en un conflicto entre comunidades autónomas, además de poder afectar las relaciones del Estado español con el Vaticano de Roma. Iglesias: “Qué sentido tendría el concordato, es decir, que el estado español acepte con la misma fuerza que una sentencia del Tribunal Supremo español el tribunal de la Signatura Apostólica si un eclesiástico no le hiciera caso. Yo quiero esperar que esto no se produzca, pero tengo que pensar también y tengo que valorar que llevamos diez años en esta situación. Por tanto yo espero y deseo que estemos al final de este proceso. Pero quiero decir con absoluta rotundidad que si el obispado de Lleida no acatara esta sentencia, evidentemente pondría en riesgo el concordato”.
Este catedrático del área de historia antigua de la Universidad de Zaragoza y autor de numerosos libros y manuales conoce a la perfección la letra pequeña del problema jurídico y político que supone el litigio de las obras. El tema le apasiona y le dedica páginas enteras en el periódico que dirige en la actualidad, el Heraldo de Aragón, el diario de más difusión e influyente en la autonomía aragonesa. Guillermo Fatás: “Sí que ha forzado al gobierno de Aragón, por ejemplo, a retirarse de la Euroregión que había capitaneado el presidente Maragall, cuando lo era, porque hay que manifestar en algún punto el desagrado de unas autoridades civiles que quieren apoyar a una diócesis aragonesa, aunque evidentemente no está en su cometido el fallar en cosas que conciernen a los obispos”.
Y mientras, en los valles y pueblos de la franja aragonesa la vida cotidiana continúa, pero con un aliciente más. El litigio está candente y es un tema de conversación. Estamos en Ejea, en el valle de Lierp. De su iglesia salieron hace cien años cuatro lienzos camino de la ciudad de Lleida. José María Ariño, alcalde del valle de Lierp: “Esto fue diócesis de Lleida y se fueron allí un tiempo y les tenemos que agradecer que las hayan conservado bien, pero ahora lo importante para mí hermano Darío es que vuelvan a nuestra tierra y luego ya decidiremos donde las guardamos para que aquí no hay peligro de que vuelva a haber robos de ese estilo”.
El pleito por estas bellas y valiosas obras de arte se ha convertido tanto en Aragón como en Lleida en un patatal de presiones del que será imposible salir sin mancharse los pies. Ya han hablado la curia catalana y la aragonesa, dos nuncios de su santidad, la Signatura Apostólica (que es el Tribunal Supremo de la Santa Sede) y hasta el mismo Papa de Roma. Ahora falta que se pronuncie en tribunal de la Rota y lo hará en los próximos meses. Y luego los políticos y las instituciones civiles. Y lo único cierto de este final que no acaba de llegar es que la decisión que se tome acabará generando estudios e innumerables tesis doctorales sobre la importancia de algo tan sencillo y vital como es la defensa del patrimonio más allá de las fronteras que hasta mentalmente nos creamos los seres humanos.

jueves, 7 de febrero de 2008

Patéticos

Los políticos españoles son, por regla general pero especialmente cuando están en campaña electoral, patéticos tanto por sus formas como por el contenido de sus declaraciones. Se pasan el dia atacándose unos a otros y haciendo promesas al electorado que ellos mismos saben que no van a cumplir. Cada día inventan y viven de polémicas artificiales. Levantan cortinas de humo para no hablar de los temas que realmente interesan al electorado. Los ciudadanos echamos de menos que los políticos hablen de sanidad, de educación, de economía, de condiciones dignas de trabajo y de medio ambiente. Todo lo demás, incluidos los artificiosos y recurrentes temas del terrorismo y de los obispos, no interesa a nadie. Bueno sí, a ellos.