lunes, 10 de septiembre de 2007

Joaquim Llena (perfil)

Lluís Visa, Lleida.
El consejero de Agricultura Joaquim Llena (Barcelona, 1959) se estrenó en el cargo hace algo más de cien días con la etiqueta de ser una de las caras más desconocidas del actual gobierno que preside el socialista José Montilla. Sin embargo, la discreción que parecía acompañarle hasta la fecha se ha visto perturbada al salir a la luz pública diversas informaciones periodísticas en las que se le atribuyen operaciones urbanísticas presuntamente irregulares que datan de su etapa –entre 1995 y mayo de 2006- como alcalde del municipio de Alt Àneu, en la comarca leridana del Pallars Sobirà.
Quim, como es conocido al consejero en los ambientes más cercanos, parece haberse metido en un buen lío, pero no por motivos inherentes a su cometido como máximo responsable del campo catalán, sino por haber propiciado la expansión urbanística de la estación de esquí de Baqueira Beret en su municipio –esta empresa proyecta construir 379 viviendas de segunda residencia en el pequeño núcleo de Sorpe- y por sus intereses particulares en el negocio inmobiliario.
El protagonismo adquirido en los últimos días por el titular de Agricultura puede lacrar una carrera política fulgurante, iniciada en 1995 como alcalde de Alt Àneu, y que ha discurrido paralela al proceso de desembarco en la comarca de Baqueira-Beret, la estación de esquí más importante de España. Alt Àneu es un municipio formado por ocho pequeños núcleos de población distribuidos entre los tranquilos valles bañados por los ríos Noguera Pallaressa y Bonaigua. Un territorio paradisíaco y muy codiciado desde hace diez años por la industria del esquí y del ladrillo.
Llena ha sido uno de los aliados del modelo de crecimiento urbanístico insostenible que se está imponiendo en los valles d’Àneu. Desde que Baqueira lanzó sus tentáculos hacia el norte de la vecina comarca del Pallars Sobirà para descongestionar sus accesos por el valle de Aran, Llena ha mantenido siempre la teoría de que “crecer mucho es malo, pero no hacerlo es peor”. Y del mismo modo que se opuso a la reintroducción del oso pardo en las montañas pirenaicas o a la inclusión del valle d’Àrreu en la red Natura 2000, el ahora consejero defendió con vehemencia la ampliación de los dominios esquiables de Baqueira arguyendo que el turismo del esquí llevaría el progreso a la deprimida comarca y convertiría a sus vecinos en nuevos ricos.
Llena es licenciado en Filosofía y Letras, en la especialidad de psicología, y en Medicina, en la rama de reumatología. Antes de dedicarse a la política ejerció como médico en diferentes hospitales de la provincia de Barcelona y en el Pallars, donde su familia regentaba un negocio de hostelería en el mismo solar donde hoy pretende construir 48 apartamentos de lujo. Accedió a la alcaldía de Alt Àneu bajo las siglas de Unió Progressista del Pallars y en coalición con el PSC, partido al que se afilió en 1997. A partir de entonces inició su escalada meteórica en el partido, de manera que en 1999 ya era diputado autonómico y primer secretario de los socialistas leridanos, dos plataformas desde las que siguió defendiendo la ampliación de Baqueira auspiciada por CiU cuando gobernaba la Generalitat.
La verdad es que no le costó demasiado hacerse con las riendas del PSC de Lleida, porque el ex presidente Pasqual Maragall apostó por él para renovar una formación fosilizada que se moví por rutina. Lo primero que hizo fue desactivar las dos corrientes dominantes en aquel momento, lideradas por quienes fueron sus padrinos políticos, Antoni Siurana y Ramon Vilalta, ex alcalde de Lleida y primer secretario de los socialistas leridanos, respectivamente. En 1999 obtuvo el acta de diputado autonómico, que conservó hasta que fue nombrado consejero de Agricultura. También es miembro de la ejecutiva nacional del PSC.
Su liderazgo es indiscutible en apariencia, pero también es cierto que lo ha conseguido a costa de desactivar el siuranismo y de dejar por el camino a muchos damnificados y descontentos, principalmente en el sector histórico y en la montaña. Su principal apoyo en el partido es Mónica Lafuente, secretaria de organización y responsable del gabinete del Departamento de Agricultura. Desde el primer momento, su personal estilo de gestionar el partido no caló entre las bases. En un consejo de federación celebrado en el verano de 2004, calificó de “cafrada” y “ganas de tocar lo que no suena” la insistencia de un grupo de militantes a debatir el informe sobre las finanzas del partido y a continuación amenazó con expulsar a los críticos.
En el partido hay un sector latente que valora negativamente su gestión política. El PSC de Lleida ha perdido peso parlamentario, pues ha pasado de 5 a 3 diputados y lo mismo ocurre en el ámbito local. En las últimas elecciones municipales, los socialistas perdieron alcaldías históricas del Pirineo, entre ellas La Seu d’Urgell, Tremp, La Pobla de Segur y El Pont de Suert.

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