martes, 11 de septiembre de 2007

La merda de Pujol!

Pido disculpas de antemano al presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, por el título que encabeza este artículo, que de ninguna manera pretende ser ofensivo hacía su persona ni hacia el digno cargo que representa. Sólo la coincidencia entre su ilustre apellido y el topónimo de un pequeño pueblo del Pallars Subirà al que fui a parar casi por casualidad en una de mis excursiones veraniegas, puede confundir al lector, sin que en este caso existan motivos para hacer lecturas malintencionadas. La fugaz visita a Pujol, en compañía del maestro y amigo Juanjo Rodellar, me produjo un impacto tan negativo que me hizo vomitar una sarta de imprecaciones y abandonar apresuradamente el lugar con una exclamación tan irreverente como la que figura al inicio de esta página. Cuando a primera hora de la mañana enfilé la carretera C-147, nada hacía presagiar que la gira por el Pirineo -que incluía una travesía por parajes cautivadores de diferentes valles y una suculenta comida en el restaurante Montseny de Espui(Vall Fosca)- sería recordada por una vivencia tan cochina; sobre todo, después de hacer una parada obligatoria en Gerri de la Sal, un pueblo que me trae buenos recuerdos profesionales. El viajero pudo comprobar que las obras de restauración de la colegiata románica de Santa Maria han avanzado desde mi anterior visita, aunque no al ritmo que sería deseable para devolver al antiguo monasterio benedictino el esplendor que tuvo en el pasado. Un vecino ha devuelto la silla del abad, que desde hace décadas tenía en su casa como un mueble más sin que nadie lo supiera. En el pueblo todos están convencidos de que si este conjunto monumental en ruinas estuviera en Barcelona o en sus proximidades ya haría tiempo que estaría rehabilitado, algo que yo también suscribo. A la salida de Gerri hay un desvío a la izquierda que lleva al valle de Corts, donde destacan pueblos tan atractivos como Peramea, Bretui, Balestui, Canals, Cortscastell, Montcortés de Pallars y, por supuesto, Pujol, todos ellos gravemente heridos de muerte por la despoblación. Sin embargo, reconforta ver como los antiguos vecinos de Bretui, Peramea(residencia del Conde de Pallars) o Montcortés(famoso por su estany de origen cárstico) reforman sus casas y aumentan las segundas residencias. Pero lo que ocurre en Pujol, donde sólo viven tres familias, no tiene nombre y merecería la rápida intervención de las autoridades sanitarias. Nada más aproximarse a las primeras casas del pueblo, un olor pestilente invita a dar media vuelta y dejar la visita para otra ocasión. Un corto recorrido sirve para comprobar el origen de tan repulsivo ambiente: las toneladas de excrementos procedentes de una granja de vacas que se desplazan inconteniblemente por la ladera de la montaña hacia uno de los barrancos que desembocan en el Noguera Pallaressa a la altura del desfiladero de Collegats. Nunca mis ojos habían visto una escena similar y eso que en asuntos de mierda incontrolada nunca se acaban las sorpresas. El Pirineo leridano, que aspira a vivir de la actividad turística, no puede permitir situaciones como las de Pujol, impropias de un país moderno. Invito al viajero presidente de la Generalitat a visitar de incógnito el paraje descrito y a comprobar como se incumple la normativa que prohibe construir granjas en el casco urbano. Es notorio que, además de los purines, gran cantidad de sustancias nocivas y tóxicas van a parar a los ríos y acuíferos sin que las autoridades controlen este tipo de vertidos incontrolados que tanto daño causan al medio ambiente. Ni las administraciones pueden ser tan permisivas ni los jueces tan benévolos con los infractores, archivando las diligencias a pesar de existir indicios concluyentes de culpabilidad. Sólo así se entiende que los propietarios de algunas explotaciones ganaderas estén haciendo lo que les dé la gana y que Lleida sea la demarcación catalana con más acuíferos contaminados por purines. Un informe señala que el 56 por ciento de las muestras tomadas por la Generalitat en 1999 en las comarcas con mayor cabaña porcina(Noguera, Segrià, Segarra, Urgell y Pla d’Urgell) supera el nivel de nitratos permitido(50 miligramos por litro). President, Catalunya no va bé!

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